En este post profundizamos acerca de las limitaciones de El Secreto, la famosa creación basada en la Ley espiritual de la Atracción.

Su mensaje puede chocar cuando nos indican que para conseguir atraer lo que queremos, debemos sentirnos felices.

¿Significa esto que la Ley de la atracción es sólo para personas felices?

¿Es la Ley de la atracción un medio para alcanzar mayor bienestar?

El Universo provee y bendice a todos, sin distinción.

En “El Secreto” proponen un método de tres pasos para aplicar la Ley de la atracción, como sigue:

  1. Pedir aquello que deseamos
  2. Creer en ello, sintiendo bienestar, incluso como si eso que deseas, ya lo tuvieras
  3. Recibir, manteniendo la fé y pacientemente

Para poder abordar este proceso, es necesario tomar conciencia de cómo funcionamos. Conviene observar cómo funciona nuestra mente a nivel neurológico.

Nuestros pensamientos se encuentran conectados o asociados entre sí, por medio de redes neuronales. Imaginar que eso que deseamos se ha cumplido nos hace sentir bien. Sin embargo, existen otros pensamientos asociados al deseo que pueden variar el significado puro de eso que deseo, y que están conformados por mis experiencias del pasado. Por ejemplo, si en el pasado tuviste un desengaño en una relación de pareja, aquello que empezó como amor lo asociamos a ese desengaño, lo cual resta bienestar para atraer ahora una nueva pareja. El significado del amor en este caso estaría alterado, y estaríamos condicionados y limitados debido a ello.

El objetivo en la etapa de «Creer» es llegar a -pensar sólo y exclusivamente en eso que deseamos-.

En “El Secreto” se propone la repetición de afirmaciones, las visualizaciones, el estímulo de sentimientos de gratitud y aprecio a los demás, para incrementar la corriente de bienestar en nosotros y aumentar así el grado de alineación con la energía vibratoria del Universo. Una vez que esa red neuronal se expande -es cuestión de tiempo que se manifieste aquello que deseamos-. Sin embargo, la teoría está muy bien y a la hora de la verdad el proceso no parece tan trivial.

Los pensamientos asociados al deseo, sin son negativos generan una resistencia emocional que impiden incrementar la corriente de bienestar. Por otra parte, desde el sistema de pensamiento al que estamos tan habituados, desde el ego, creemos saber, y no se concibe confiar en algo que no se entiende, y ahí interferimos en el proceso de creación.

Por tanto, en mi opinión, la Ley de atracción no funciona si no nos conocemos lo suficiente a nosotros mismos, es decir, de alguna manera obvia lo más difícil de conseguir, que es salir de la dualidad, y comprender que por quienes somos, tiene sentido pensar en términos de Unidad con aquello que queremos.

Estamos tan habituados a considerar que lo real es lo que vemos, que pasar de fuera a adentro requiere una toma de conciencia para abrirse a algo nuevo para nosotros, y sin saber muy bien lo que es, -tener una pequeña dosis de fe en ello como primer paso para experimentar la Ley de la atracción-.

Los pensamientos negativos asociados que nos restan bienestar en ocasiones pueden ser inconscientes, pero sí notamos sus efectos en nuestro cuerpo, y eso es una pista para realizar el ejercicio de profundización para confrontarlos, para aflorar dichos pensamientos desde el inconsciente.

«El proceso que se rige por la Ley de atracción está basado en crear en primer lugar aquello que deseo en mi interior»

Todo aprendizaje y trabajo con la mente para revertir la manera cómo hacemos las cosas nos saca de nuestro círculo de confort, y nuestra naturaleza mental siempre trata de ahorrar energía, por lo que se requiere perseverancia, paciencia, y disciplina para mantener el enfoque, en especial al comienzo.

«La Vida es un hermoso aprendizaje, y no se trata de soñar menos, sino soñar mejor, desde el conocimiento»

Detrás de nuestros mayores sueños están también nuestras mayores sombras, pero el camino no es dejar de soñar, ni resignarse a la mediocridad, sino profundizar en nuestra psique para trascender toda resistencia.